martes, 16 de noviembre de 2010

La depresón en todas las edades

 

Depresión juvenil y en adolescentes

La depresión es un trastorno que se presenta durante los años de la adolescencia y se caracteriza por sentimientos persistentes de tristeza, desánimo, pérdida de la autoestima y ausencia de interés en las actividades comunes.

Causas, incidencia y factores de riesgo

La depresión puede ser una respuesta transitoria a muchas situaciones y factores de estrés. Este estado es común en los adolescentes, como consecuencia del proceso normal de maduración, del estrés asociado con éste, de la influencia de las hormonas sexuales y de los conflictos de independencia con los padres.

También puede ser una reacción a un suceso perturbador, como la muerte de un amigo o pariente, la ruptura con la novia o novio o el fracaso en la escuela. Los adolescentes que presentan baja autoestima, que son muy autocríticos o que perciben poco sentido de control sobre los eventos negativos presentan un riesgo particular de deprimirse cuando experimentan eventos generadores de estrés.

A menudo es difícil diagnosticar la verdadera depresión en adolescentes debido a que su comportamiento normal se caracteriza por variaciones del estado de ánimo, con períodos alternos de "el mundo es un sitio maravilloso" y "la vida apesta". Estos estados de ánimo pueden alternar en períodos de horas o días.

Por otra parte, la depresión persistente, el rendimiento escolar inestable, las relaciones caóticas con familiares y amigos, el abuso de substancias y otros comportamientos negativos pueden indicar un episodio depresivo serio. Estos síntomas pueden ser fáciles de reconocer pero la depresión en los adolescentes, con frecuencia, se manifiesta de formas muy diferentes a estos síntomas clásicos.

El exceso en el dormir, cambio en los hábitos alimenticios, incluso el comportamiento criminal (como el hurto) pueden ser signos de depresión. Otro síntoma común de la depresión adolescente es una obsesión con la muerte, que puede tomar la forma ya sea de pensamientos suicidas o temores acerca de la muerte y del mismo hecho de morir.

Por lo general, la enfermedad depresiva prolongada comienza en la adolescencia o los años de adulto joven. Alrededor del 15 al 20% de los adolescentes en Estados Unidos ha experimentado un episodio severo de depresión, que es similar a la proporción de adultos que sufren de depresión.

Las niñas adolescentes presentan el doble de posibilidades de experimentar depresión que los niños. Entre los factores de riesgo se encuentran eventos de la vida generadores de estrés, en particular la pérdida de un padre por muerte o por divorcio, abuso infantil, atención inestable, falta de habilidades sociales, enfermedad crónica y antecedentes familiares de depresión.

Síntomas

Estado de ánimo depresivo o irritable
Mal genio, agitación
Pérdida del interés en las actividades, apatía
Disminución del placer por las actividades diarias
Incapacidad de disfrutar de actividades que solían ser placenteras
Cambios en el apetito, por lo general pérdida del apetito pero a veces aumento del mismo
Cambios de peso (aumento de peso o pérdida de peso involuntaria)
Dificultad para conciliar el sueño o para permanecer dormido (insomnio) persistentes
Somnolencia diurna excesiva
Fatiga
Dificultades para concentrarse
Dificultad para tomar decisiones
Episodios de pérdida de la memoria (amnesia)
Preocupación por sí mismo
Sentimientos de minusvalía, tristeza o desprecio hacia sí mismo
Sentimientos de culpabilidad excesivos o inapropiados
Comportamiento inadecuado (incumplimiento de toques de queda, actitud desafiante poco común)
Pensamientos sobre suicidio o miedos o preocupaciones obsesivos sobre la muerte
Planes para cometer suicidio o intentos reales de suicidio
Patrón de comportamiento exageradamente irresponsable
Si estos síntomas duran por lo menos dos semanas y causan una significativa perturbación o dificultad para desempeñarse, se debe buscar tratamiento.

Signos y exámenes

Examen físico y exámenes de sangre para descartar que los síntomas tengan una causa médica (como por ejemplo, hipotiroidismo, embarazo y enfermedad renal).
Evaluación para verificar consumo de sustancias, como alcohol en exceso, consumo de marihuana y otras drogas pueden ser tanto causas como consecuencias de la depresión. Los antiguos procedimientos del tratamiento para la adicción se realizaban bajo la creencia de que la depresión era sólo un síntoma del uso, mas no una causa potencial, y por eso no se la trataba debidamente. Las investigaciones hoy en día demuestran que dichas prácticas incrementan el riesgo de reincidencia. Si se encuentran evidencias de consumo excesivo de sustancias, es preciso asegurarse de que la evaluación siquiátrica no se limite al diagnóstico y que continúe con la evaluación de la depresión y otros problemas siquiátricos potenciales.
Evaluación siquiátrica para determinar los antecedentes de tristeza, vacío o estado de ánimo irritable persistentes y la pérdida de interés o placer en las actividades normales. También es adecuada la evaluación para determinar otros posibles trastornos siquiátricos coexistentes (como ansiedad, manía o esquizofrenia).
Evaluación de los riesgos de suicidio/homicidio.
Información de familiares o personal de la escuela, la cual suele ser útil para identificar la depresión en los adolescentes.

Tratamiento

Las opciones terapéuticas para los adolescentes con depresión son similares a las de los adultos deprimidos e incluyen sicoterapia y medicamentos antidepresivos . Sin embargo, actualmente existe una advertencia de no administrar Paxil, un antidepresivo importante, a niños menores de 18.

La terapia de familia puede ser útil si los conflictos de familia contribuyen con la depresión. También puede ser necesario el apoyo de la familia o los maestros para ayudar con los problemas escolares. Ocasionalmente, se puede requerir la hospitalización en una unidad psiquiátrica para los individuos con depresión grave o que están en riesgo de suicidio.

A causa de los problemas de conducta que coexisten a menudo con la depresión adolescente, muchos padres se ven tentados a utilizar soluciones punitivas como "campamentos de entrenamiento para reclutas", "programas de aislamiento" o "escuelas de crecimiento emocional".

Estos programas, con frecuencia, utilizan un equipo que no es profesional y hacen uso de terapias de confrontación y castigos rudos. No existe evidencia científica que apoye el uso de estos programas. En efecto, hay un cuerpo de investigación cada vez mayor que sugiere que, en realidad, pueden lastimar a los adolescentes, en particular a los adolescentes sensibles con depresión.

Los adolescentes deprimidos que reaccionan también pueden verse comprometidos con el sistema de justicia criminal y a menudo se recomienda a los padres no intervenir, sino dejar que "ellos experimenten las consecuencias".

Infortunadamente, esto también puede lastimar a los adolescentes a través de la exposición a compañeros que los desvían más y a una reducción de las oportunidades educativas. Una mejor solución es obtener el mejor asesoramiento legal posible y buscar tratamiento por su propia cuenta, lo que les da a los padres un mejor control sobre las técnicas y opciones que se utilizan.

Aunque un gran porcentaje de los adolescentes en el sistema de justicia criminal presentan trastornos mentales, como depresión, pocas prisiones juveniles, "campamentos de entrenamiento para reclutas" u otros programas "alternativos a la prisión" brindan un tratamiento adecuado.

Expectativas (pronóstico)

La depresión usualmente responde al tratamiento. Sin embargo, en algunas personas puede ser una enfermedad que las acompaña durante toda la vida.

Complicaciones

El suicidio en los adolescentes se asocia con la depresión al igual que con muchos otros factores. A menudo, la depresión interfiere con el desempeño escolar y las relaciones interpersonales. Los adolescentes con depresión frecuentemente presentan otros problemas siquiátricos, como trastornos de ansiedad.

La depresión también se asocia comúnmente con violencia y comportamiento imprudente. Con la depresión también coexisten frecuentemente problemas como el consumo de drogas, alcohol y cigarrillo. Por lo general, los adolescentes con problemas siquiátricos adicionales requieren un tratamiento más prolongado e intensivo.

Situaciones que requieren asistencia médica

Se debe buscar asistencia médica si se presentan uno o más de los signos de un suicidio potencial.

Aunque no existe un tipo específico de personalidad suicida, se debe estar alerta ante los siguientes signos:

Retraimiento, con urgencia por estar solo, aislamiento
Mal humor
Cambios de personalidad
Amenaza de suicidio
Entrega de las pertenencias más preciadas a otros

¡Nunca se debe ignorar una amenaza o un intento de suicidio!

Prevención

Los períodos de estado de ánimo deprimido son comunes en la mayoría de los adolescentes. Sin embargo, las relaciones interpersonales de ayuda y las habilidades de adaptación saludables pueden ayudar a evitar que dichos períodos conduzcan a síntomas depresivos más severos. La comunicación abierta con el adolescente puede ayudar a identificar la depresión a tiempo.

El asesoramiento puede ayudar a los adolescentes a sobrellevar los períodos de estado de ánimo bajo. La terapia cognitiva del comportamiento, que enseña a las personas deprimidas a combatir los pensamientos negativos y a reconocerlos como síntomas y no como la realidad de su mundo, es el tratamiento no medicado más efectivo para la depresión. Se debe garantizar que los consejeros o psicólogos que se busquen estén capacitados en el uso de este método.

Es posible que los episodios de depresión no se puedan prevenir en adolescentes con fuertes antecedentes familiares de este problema o con múltiples factores de riesgo, pero la identificación oportuna y el tratamiento rápido e integral puede prevenir o posponer los episodios posteriores.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

La Depresión

¿Cómo reaccionan las personas frente a alguien que está deprimido?


A veces, los amigos o familiares pueden advertir que una persona está deprimida. Pueden responder con amor, amabilidad o apoyo, con la esperanza de que la tristeza pase pronto. Pueden ofrecerse para escuchar si es que la persona desea hablar (aunque las personas deprimidas no suelen tener ganas de hablar o no encuentran las palabras para describir qué es lo que les ocurre). Si el sentimiento de depresión no desaparece al poco tiempo, los amigos o las personas queridas pueden animar a la persona a que busque la ayuda de un médico o de un profesional de la salud mental.
Pero no todas las personas perciben la depresión cuando alguien a quien conocen la está sufriendo. Y algunas personas tienen ideas equivocadas de lo que significa estar deprimido. Quienes no comprenden pueden reaccionar frente a la poca energía de la persona deprimida con críticas, regaños por su actitud de dejadez o por no intentar. Algunos creen erróneamente que la depresión no es más que una actitud que la persona puede cambiar o un estado de ánimo del que se puede salir. No es tan sencillo.
Muchas personas simplemente no se dan cuenta de que la depresión puede provocar muchos problemas o mucho dolor. Algunas veces, incluso las personas deprimidas no se toman su enfermedad con la debida seriedad. Algunas personas tienen la errada creencia de que la depresión proviene de la debilidad o que es una falla del carácter. Este mito lleva a algunos a ocultar su depresión. Como sienten vergüenza, pueden llegar a evitar buscar ayuda.
En algunas ocasiones, cuando la depresión provoca síntomas físicos, una persona puede ver a su médico y sentirse aliviada si el examen físico resulta normal. De vez en cuando, hasta un médico bien intencionado puede llegar a menospreciar o incluso subestimar la depresión de una persona y llegar a la conclusión de que nada anda mal cuando los resultados de los exámenes médicos son normales.



¿Por qué se deprimen las personas?



La depresión no tiene una única causa. Son muchos los factores que desempeñan un papel, incluidos la genética, el entorno, el estado de salud, los sucesos de la vida y determinados patrones de pensamiento que afectan las reacciones de las personas frente a los acontecimientos.


Las investigaciones han revelado que la depresión es hereditaria y sugieren que algunas personas heredan genes que los hacen más propensos a la depresión. Pero no toda persona que tiene propensión genética a la depresión se deprime. Y muchas otras que no tienen una historia familiar ligada a la depresión sí la sufren. Por lo tanto, si bien los genes son un factor, no constituyen la única causa de la depresión.
Los acontecimientos de la vida (por ejemplo, la muerte de un familiar cercano o de un amigo) pueden ir más allá del dolor normal y, a veces, llevar a la depresión.
La familia y el entorno social también desempeñan un papel. En algunos adolescentes, una atmósfera familiar negativa, estresante o infeliz puede afectar su autoestima y llevarlos a la depresión.
Condiciones sociales como la pobreza, la falta de hogar y la violencia en la comunidad pueden aumentar las posibilidades de que las personas se depriman.
En algunos adolescentes, los problemas de aprendizaje no diagnosticados pueden impedir un buen desempeño escolar, los cambios hormonales pueden afectar su estado de ánimo, o los problemas de salud pueden resultar un desafío o un revés. Con o sin los genes para la depresión, cualquiera de estos elementos puede preparar el contexto para que una persona se deprima.



¿Qué ocurre en el cerebro cuando alguien se deprime?



En la depresión, está involucrada la delicada química del cerebro: específicamente, están involucradas unas sustancias químicas llamadas neurotransmisores. Estas sustancias químicas contribuyen a la transmisión de mensajes entre las células nerviosas del cerebro.


Algunos neurotransmisores regulan el estado de ánimo. Cuando no están disponibles en las cantidades necesarias, el resultado puede ser la depresión.
La respuesta del cerebro a los acontecimientos estresantes como los mencionados más arriba puede alterar el equilibrio de los neurotransmisores y provocar una depresión.
Algunas veces, una persona puede experimentar una depresión sin poder identificar ningún acontecimiento triste o estresante responsable de ello. Las personas con una predisposición genética a la depresión pueden ser más propensas al desequilibrio en la actividad de los neurotransmisores que forma parte de la depresión.
Los medicamentos que se utilizan para tratar la depresión actúan ayudando a restablecer el equilibrio adecuado de los neurotransmisores.

¿Cuáles son los síntomas de la depresión?



Estos son algunos de los síntomas que las personas manifiestan cuando están deprimidas:
  • estado de ánimo deprimido o tristeza la mayor parte del tiempo (para lo que no parecería haber motivos)
  • falta de energía y sensación de cansancio permanente
  • incapacidad para disfrutar de cosas que antes provocaban placer
  • desinterés por estar con amigos y familiares
  • irritabilidad, enojo o ansiedad
  • incapacidad para concentrarse
  • pérdida o aumento considerable de peso
  • cambios considerables en los patrones de sueño (incapacidad para dormirse, permanecer despierto o levantarse por la mañana)
  • sentimientos de culpa o de inutilidad
  • achaques (aunque físicamente todo esté bien)
  • pesimismo e indiferencia (no darle importancia a nada ni en el presente ni a futuro)
  • pensamientos de muerte o suicidio



Conseguir ayuda =)


La depresión es uno de los problemas emocionales más habituales. La buena noticia es que también es una de las afecciones más curables. Hay profesionales que pueden ayudar. De hecho, aproximadamente el 80% de las personas que reciben ayuda por su depresión tienen una mejor calidad de vida: se desenvuelven mejor y disfrutan de una manera que antes les resultaba imposible.

El tratamiento de la depresión puede incluir psicoterapia, medicación o una combinación de ambas.
La psicoterapia con un profesional de la salud mental es muy efectiva a la hora de tratar la depresión. Las sesiones de terapia ayudan a las personas a comprender la depresión y qué es lo que pueden hacer al respecto.
Algunas veces, a la persona con depresión se le pueden recetar medicamentos. Cuando un médico recete un medicamento, controlará cuidadosamente que la persona tome la dosis adecuada. El médico adaptará la dosis según sea necesario. Los medicamentos pueden tardar algunas semanas en hacer efecto. Debido a que el cerebro de cada persona es diferente, lo que funciona para una persona puede no ser bueno para otra.

¿Qué enfermedades coexisten con la depresión?

La depresión a menudo coexiste con otras enfermedades. Tales enfermedades pueden presentarse antes de la depresión, causarla, y/o ser el resultado de esta. Es probable que la mecánica detrás de este cruce entre la depresión y otras enfermedades difiera según las personas y las situaciones. No obstante, estas otras enfermedades concurrentes deben ser diagnosticadas y tratadas.

Los trastornos de ansiedad, tales como el trastorno de estrés postraumático, el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno de pánico, la fobia social, y el trastorno de ansiedad generalizada, acompañan frecuentemente a la depresión.3,4 Las personas que padecen trastorno de estrés postraumático están especialmente predispuestas a tener depresión concurrente. El trastorno de estrés postraumático es una enfermedad debilitante que puede aparecer como resultado de una experiencia aterradora o muy difícil, tal como un ataque violento, un desastre natural, un accidente, un ataque terrorista, o un combate militar.